lunes, 24 de diciembre de 2012

Sonríe.

Estar llorando con la mirada perdida en ningún sitio y en todos a la vez. Imágenes que se te aparecen ante ti que hacen de tus lágrimas un pozo de rabia. En ese preciso y precioso momento es cuando sientes algo tan grande dentro de ti que crees que va a explotar. 

Sigues llorando, pero sabes que algo ha cambiado. 


Crece una fuerza de tu interior que nunca antes habías sentido y entonces te das cuenta de que nada va a impedirte ser feliz. No necesitas a nadie. Tu felicidad no depende de nadie. Nadie.


Bueno si. Depende únicamente de ti. 



Entonces te levantas del suelo. 
Te limpias la cara y te miras al espejo. 



    Sonríes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchísimas gracias por comentar, no sabes cuánto lo aprecio <3